viernes, 20 de noviembre de 2009

LA BANDEJA


La pequeña tregua que el destino reservó para el bueno de Paco Penas apenas duró 24 horas. Un día completo de sempiterna peregrinación al inodoro que contribuyó a erosionar aun más si cabe, la maltrecha fortaleza física y mental de nuestro desolado protagonista.
Si no era suficiente con las evacuaciones interminables, para colmo de males el Chori no cedía en su irritante empeño en sacar de sus casillas a Paco con comentarios soeces y faltos de tacto, en un despreciable ejercicio de "acoso y derribo" a la moral ajena.
Finalmente el segundo intento fue el definitivo, y la prueba se realizó con éxito y aunque traumatizado por la desagradable experiencia de pasar por Endoscopia, Paco respiró aliviado.
Cansado, derrotado, hundido, agraviado, humillado,...y por último hambriento como hacía tiempo que no se sentía, por fin se sumergió en las profundidades de sus sábanas blancas y descansó algo.
Muchas horas con una triste dieta líquida lo habían terminado de dejar apenas con las limitadas fuerzas que te permiten soportar los párpados abiertos, y así fue como Paco esperó con ansia desmesurada la llegada de un almuerzo, del que no había podido disfrutar porque durante el reparto de bandejas de comida, se encontraba pasando "las de Caín" con el endoscopista.
Pero es una muy sana costumbre la de Medicina Interna (y el resto de unidades hospitalarias, en general) la de enviar de vuelta la bandeja a Cocina, y reclamarla posteriormente cuando el enfermo está de vuelta en su cama; de esta manera, la comida no llega fría a los desconsolados jugos gástricos de los pacientes.
Y así fue como, tras la vuelta de Paco a su lecho, una de las enfermeras telefoneó a Cocina, solicitando la bandeja de nuestro protagonista para que pudiese disfrutar de un merecido ágape.
Paco comienza a tener unos ligeros ruidos intestinales con molestias difusas. Una especie de "desazón" extraña, que lo empujan tímidamente a caminar de nuevo hacia el WC.
Una intensa y nauseabunda diarrea le obligan a permanecer unos minutos en el cuarto de baño.
Finalmente, vuelve a la cama.
Zé Manué("el Chori") sonríe con maldad y aunque por un momento parece que va a volver "a la carga", se queda mirando a Paco sin parpadear...parece que hasta él mismo está cansado de hacer chistes con el mismo tema.
A los tres minutos, Paco vuelve a entrar en el servicio con urgencia pero esta vez se ve obligado a quedarse un largo rato.
En ese tiempo, una pinche con bastantes prisas y algo atolondrada en su proceder, se precipita hacia el mostrador de enfermería con cara de pocos amigos, como si el hecho de portar una bandeja en sus manos y subir a la tercera planta (en ascensor, todo sea dicho) supusiera una afrenta a los derechos adquiridos en los últimos 150 años por todo trabajador en su jornada laboral.
Tras preguntar con aire de "quien puñetas me ha llamado para subir esta bandeja", una auxiliar le indica que es para la 305.
Cuando le van a indicar que es para el de la cama de enmedio, la pinche hace unos segundos que ha dejado a la auxiliar con la palabra en la boca, y se encamina con un andar entre malhumorado y enrabietado, bandeja en mano.
Paco permanece encerrado a su pesar en el WC, tirando de la cadena de tres en tres minutos sin poder abandonar su "trono".
La pinche, que entra en la habitación como un miura en toriles y solo le falta bufar y escarbar con uno de sus pies en el suelo, pregunta
¿Para quién es esta bandeja?
Pa mí......responde desde el fondo de la habitación Zé Manué.
Y la pinche ni corta ni perezosa, le planta la bandeja enfrente al esquelético Chori que abre los ojos al punto de parecer que se salen de sus órbitas.
En ese momento, la pinche repara en que hay una bandeja vacía junto al Chori
¿Y esa bandeja?
Eza é de mi amigasho, que ejtá en el zirvisio, ¿zabusté?....ej que za la comío con musha janzia y la zentao como uná patán logüevo, y allistá rilándoze vivo, ¿zabusté?
Satisfecha con la explicación, la pinche se da media vuelta y abandona la planta.
Zé Manué da buena cuenta de la bandeja de Paco, mientras éste intenta calmar sus alborotados movimientos intestinales.
Cuando consigue salir del WC, el Chori hace un rato que ha terminado de comer y apoya una de sus manos en un abultado abdomen, poco acostumbrado a semejante festín.
Paco espera pacientemente unos minutos, pero al ver que ha pasado más de media hora se dirije al mostrador de enfermería.
Perdone, ¿sabe usted si hay algún problema con la comida?....¿cómo que con la comida?....sí, es que llevo una rato esperando y no me han traído todavía el almuerzo....¿cómo que no? pero si ha estado aquí la pinche con la bandeja ¿alguien sabe dónde está la bandeja de comida del 5-2??
El personal rebusca por mil y un escondites...quizás no se llegó a enviar al destino correcto.
Finalmente alguien se acerca a la habitación y ve las tres bandejas. La cercanía de dos de ellas al cuerpo del Chori le delatan y éste, en vez de improvisar alguna de sus absurdas ocurrencias, se ríe a carcajada limpia.
Una enfermera vuelve a llamar a Cocina....Sí, mira te llamo de Medicina Interna...es que antes me habéis traído una bandeja, del 305-2....sí.....es que por equivocación se le ha puesto al paciente de al lado, y se la ha comido.....sí....hija, pues necesito que me subáis otra.....no voy a dejar al pobre hombre sin comer, ¿no?......venga
Pocos minutos más tarde vuelve a aparecer la "pinche bufadora" dándo enérgicos pisotones a medida que avanza hacia el mostrador con otra bandeja en la mano.
La bandeja......a la 305, la cama de enmedio......a ver si nos aclaramos....a ver si escuchamos antes de salir disparada a la habitación.....el cruce de comentarios y de miradas recuerda a los duelos de los Western de John Wayne. Mentalmente unos y otros recurren al amplio catálogo de mierdas pasadas para arrojarlas a la cara del contrincante, y bien es sabido que dicho catálogo es amplio. No en vano, determinadas pinches de Cocina pertenecen a un oscuro subgrupo de personajes extremadamente quisquillosas con los temas de las comidas, hasta el punto de rayar en lo absurdo, lo demencial, lo surrealista, lo esquizofrénico.....algo parecido a Gollum y el Anillo Único......¡¡¡esssss mííííoooooo.....miiiii teeessssssooooooroooooooo.!!!
La pinche decide que es mal momento para ponerse farruca porque está en minoría y no tiene razón ni tiempo para discutir, así que lleva la bandeja a la habitación plantándola de mala gana frente a Paco. Con los brazos en jarra, se vuelve hacia el Chori en actitud vengativa, diciendo
Te habrás quedado a gusto....a lo que Zé Manué responde torciendo el gesto... Mayormente, zí zeñorita....pero con un colacaíto me quedaba rey, ¿zabusté?

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