viernes, 25 de noviembre de 2011

MANIOBRAS ORQUESTALES EN LA OSCURIDAD


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De nuevo el lento y exasperante pasar de los minutos y las horas...ese otro archienemigo acérrimo de Paco Penas, volvía a acribillar su maltrecha estabilidad emocional. Para colmo, ya se sabe cómo son las peculiares características de una UCI....la sensación de aislamiento (con sus indudables efectos beneficiosos también) era por día mayor. Apenas podía ver a Pepi, su mujer, durante unos cortos minutos cada jornada. Si a eso le sumamos la idiosincracia de "esa" UCI en particular...donde las ventanas escaseaban y se encontraban lejos de nuestro protagonista, dotaban a aquella diminuta sala de una atmósfera cuasi-viciada, soporífera....decadente.
La fiebre invitaba a dormir, y el dormir, invitaba a soñar.
Soñar en el maldito día en que Paco Penas decidió acudir al hospital aquejado de una fiebre y algo de tos, y que terminó derivando en una innumerable cadena de despropósitos, y en una delirante carrera contrarreloj plena de mala suerte que parecía no tener fin, y que había dado con sus huesos en una sala de Cuidados Intensivos sombría y decrépita.
Al menos el personal sanitario, que en muy determinados momentos logró arrancar una tímida sonrisa a nuestro protagonista, daba algo de luz a aquella "cueva".
¿Sería de noche, o de día?...con la luz artificial, la fiebre, el reciente cambio horario y (cómo no) el cansancio acumulado, a Paco Penas le resultaba ya difícil mantener un mínimo sentido de la orientación temporal.
Por fin, Paco Penas logró conciliar un profundo y maravilloso sueño....de aquellos que dan la sensación de estar "reparando" neuronas a cada minuto que pasa...de esos que normalmente Paco estaba acostumbrado a ver cortados por los gritos del viejo Basilio, o por las locuras del Chori...pero esta vez parecía que nada ni nadie evitaría su descanso.....
- Francisco....¿Cómo se encuentra? - le dijo una doctora enfundada en diversas prendas protectoras.
- Ya despierto....hace unos segundos estaba durmiendo como un bendito.
- Perdone...es que tengo que hacerle una prueba...una ecografía cardiaca, será solo un momento.
- De acuerdo, de acuerdo....

Siguiendo unas breves indicaciones, Paco colocó su mano izquierda bajo la nuca dejando al descubierto su hemitórax izquierdo, mientras la doctora (con suma calma) deslizaba el ecógrafo sobre él.
Tras bostezar ampliamente un par de veces, Paco venció su habitual prudencia y preguntó a la doctora...
- ¿Qué hora es?
La doctora, sin dejar de mirar el monitor que tenía enfrente y casi sin pestañear, respondió...
- Cerca de las tres.
- Vaya...
-respondió, Paco- Entonces se me ha pasado el almuerzo....
- ¿Almuerzo?...Noooo, no...son las tres de la mañana.....
- ¿De la mañana?....y dígame, doctora....¿es una práctica habitual hacer estas pruebas a estas horas de la madrugada?...

La doctora, que ya estaba casi terminando, detectó el malestar en el tono de voz de Paco. En ese momento se le ocurrieron montones de excusas. Unas referentes a la gravedad de su patología, otras sobre una posibilidad de alta y traslado a planta.... pero visto lo visto, y dado los antecedentes de Paco, la doctora (sabiamente) retiró el ecógrafo y dió por concluída la prueba, dejando a Paco con un puñado de servilletas en la mano, retirando afanosamente los restos de gel que quedaron en su pecho.
- Mañana seguramente te demos de alta, Francisco.
- ¿Me voy a casa?
- respondió ilusionado.
- No, no...te damos el alta de UCI. Pasarás a planta donde habrá que resolver el resto de problemas.
El final de la frase "el resto de problemas" no había dejado precisamente tranquilo a Paco, pero consciente de que la doctora no iba a concretar más sobre el asunto, decidió no insistir...al menos esa noche.
El frágil sueño de nuestro protagonista volvió a quebrarse, y sus oídos se volvieron a saturar de pitidos y zumbidos de los monitores cercanos, de los quejidos lejanos de algún paciente, y del rumor de alguna conversación en el estar de enfermería.
Uno de los pacientes ingresados allí vomitó abundantemente y, tras ser atendido por el personal, parecía descansar tranquilo. Alguien colocó un salvacamas sobre los restos vomitados, y llamó a la limpiadora.
Minutos después apareció "aquella" limpiadora...sí, sí, no había duda: era ella....con sus auriculares, su mp3 a toda pastilla, mascando chicle.....la misma que se encontró cierta noche en Medicina Interna.
Ante su atónita mirada, de nuevo volvió a dar tres presuntos "pasos de baile" agarrada a su fregona. Uno hacia delante, dos hacia atrás, giro, giro, traspiés...y vuelta a empezar. No sabríamos a ciencia cierta si era una canción de Bustamante o era la "danza de la lluvia" de los apaches chiricahuas lo que sonaba por esos auriculares....lo único cierto es que , sabiéndose observada por Paco, puso más empeño si cabe en tan grotesco espectáculo.
Finalizado el mismo, miró a Paco....sonrió guiñando un ojo y se marchó con aires de...."otro que se queda extasiado con mi movimiento de caderas".
Y tras contemplar el dantesco espectáculo de esa anti-Shakira, Paco concluyó que definitivamente iba siendo hora de irse de la UCI porque todos los locos parecían perseguirle allá donde él estuviera. Así que ya puestos...que al menos fuera en un lugar con vistas al exterior.