martes, 23 de noviembre de 2010

"EL CHORI"....Y EL PRIZIDENTE (2ª PARTE).


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Tras el breve incidente periodístico en el exterior del hospital, y mientras el atribulado reportero (dicharachero) de Canal Sur intentaba dar mil y una explicaciones coherentes y convincentes a todos los allí convocados, Zé Manué "El Chori" avanzaba con paso firme hacia la entrada principal, custodiada como era habitual por el "glorioso cuerpo" de Seguridad.
Allí, cuatro enormes muchachotes vestidos con un uniforme paramilitar caqui más elegante y nuevo que el de costumbre, se ponían de puntillas y estiraban el cuello hasta donde el esternocleidomastoideo les permite físicamente intentando saber "qué cojones" sucedía fuera, agarrando fuertemente con una de sus manos el transmisor portátil esperando en cualquier momento una llamada de emergencia del exterior, del interior....o de donde viniese.
Parecía que en cualquier momento se escucharía la voz de Mel Gibson o Bruce Willis gritando "Mayday, mayday...".
Era tanta la expectación y el tumulto provocado fuera que no acertaron a observar como "El Chori" llevaba bajo sus ropas el enorme bulto de una cámara fotográfica valorada en casi 3000 euros....salvo uno de ellos, que le pareció extraño ver a alguien con pijama entre tanto traje de gala. Así que con aire marcial y voz autoritaria, llamó al Chori.

- Eh, tú....el del pijama.

El Chori paró sus pasos en seco, y se giró sobre sus talones como si de un recluta se tratase.

La figura de Zé Manué era un auténtico poema. A su desgarbada y esquelética silueta se añadía un enorme bulto bajo el pijama (a la altura del abdomen) que sujetaba con ambas manos como si fuera una embarazada que mimosamente acuna a su futuro vástago.

- ¿Qué llevas ahí abajo?. - sus compañeros dejan de observar el rifi-rafe exterior, y con mirada acusatoria se fijan en nuestro protagonista.

- Ná, zeñó zeguridá. Un regalo de mi Chana.
- ¿Cómo que un regalo de tu Chana?...a ver, enséñamelo.


El Chori traga saliva y mira de reojo la puerta de salida más cercana mientras los cuatro vigilantes de seguridad caminan lentamente hacia él a la vez que van separándose unos de otros para cubrir más terreno, con andares de cowboys. A los ojos del Chori son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis... no hay escapatoria posible.
Contrariado, Zé Manué saca de debajo de su blusa una cámara Nikon D700 con muy pocos usos, y la muestra a los presentes alargando el brazo.
La cara de admiración y sorpresa de los guardias es fácilmente deducible. Tras unos segundos de silencio, uno de ellos (el que parece ser más listo....mejor dicho, el más "enterao") da unos pasos al frente, observa el aparato y lo coge con una de sus manos mientras con la otra se apoya en su cadera.
Le da una vuelta frente a sus ojos, dos, tres....
Se coloca la cámara justo enfrente y mirando fijamente al Chori le dice....
- ¿Esta cámara te la ha regalado tu Chana?
- Zi, zeñó. Con la paga que ma quedao pol-la menuvalía.

- ¿Tú me tomas por idiota? ¿te parece bonito?
- Zeñó yo le uro pol-lo má zagrao que yo no creo custé zea indiota ni ná de ezo, ze lo uro pol mi Chana y pol-la güela Zunción que undivé la tenga zugloria bendita....
- ¿¿¿Te parece bonito meter esa cámara aquí dentro.....sin hacernos una foto de recuerdo a nosotros???? ¡¡Para una vez que nos visten de bonito!! Anda, anda....tíranos una fotito.

El seguridad le devuelve la cámara y llama a sus compañeros que animosamente y muy sonrientes posan juntos pasándose un brazo por encima del hombro. No contentos con esto, uno de ellos llama a otros dos compañeros por el transmisor para que suban a hacerse la foto de marras. Uno se peina con la palma de la mano, otro estira hacia abajo su chaqueta para que no parezca arrugada...otro deja su transmisor sobre el mostrador de la entrada principal y en un abrir y cerrar de ojos está en el bolsillo de la blusa de El Chori.
Finalmente, Zé Manué hace la foto de familia al personal de seguridad que posa con randiantes sonrisas ante la cámara.
El Chori recibe la gratitud de los fotografiados y sube en el ascensor resoplando y secándose el sudor de su frente con la manga de su blusa.
Con ligereza recorre el pasillo de Medicina Interna hasta su habitación y una vez allí llama a su primo Zequié para que vaya a recoger la mercancía en el sitio convenido de siempre...en la calle, justo bajo la ventana.
Al cabo de diez minutos, Zequié vocifera bajo la ventana y El Chori se asoma.

-Zequiéééé, ten cuidaíto questoj mu delicao...- y dicho esto deja caer la cámara que recoge Zequié con habilidad (en este tipo de disciplinas, Zequié sería campeón olímpico).
El primo del Chori emprende el camino, justo cuando Zé Manué se percata de que tiene el transmisor en el bolsillo de la blusa, y grita a Zequié.

- Zequiééééé, esperaaaaa, que tengo otra cozaaaaaa...
- Tíramelaaaaaaa.....


Justo en el momento que El Chori lanza el transmisor con todas sus fuerzas, un tumulto de periodistas, viandantes y guardaespaldas comienzan a abandonar el recinto hospitalario porque la visita del Presidente ha concluído.
Huelga decir que al igual que Zequié sería campeón olímpico en "recogida de objetos volantes robados", El Chori no pasaría de la primera ronda de "lanzamiento de objetos" en unos campeonatos comarcales, ya que todo lo que Dios le concedió en el difícil arte del hurto, se lo negó en el de la puntería.
Y allí iba ese pesado transmisor volando, volando, volando....hasta aterrizar con sumo estrépito sobre la cabeza del Presidente que acababa de salir por la puerta principal.
¡¡CRACK!!
Silencio sepulcral.
El Presidente planta una de sus manos sobre la cabeza y un fino hilillo de sangre cae por su frente...
¡¡¡Atentaaaado, atentaaaaadoooo!!!.....la gente corre, se empuja, se pisa, huye despavorida en todas las direcciones, mientras los guardaespaldas cogen al Presidente en volandas y lo vuelven a introducir dentro del recinto buscando un refugio seguro.
El propio chófer del Presidente, que ya tenía el coche arrancado, se baja del mismo y corre hacia el interior pensando que alguien con una mira telescópica ha puesto el visor apuntando a su espalda.
Los reporteros llaman a sus respectivas emisoras mientras buscan un sitio donde parapetarse. La noticia ha saltado: "Ataque al Presidente de la Junta de Andalucía".
Entre tanta confusión, los guardaespaldas han llevado al Presidente a través de los ascensores al sótano para que sea atendido en Urgencias.
Y mientras, El Chori permanece en la ventana boquiabierto mirando la escena.

Zequié se encoge de hombros, y asustado por los acontecimientos sucedidos mira al Chori y le pregunta....
- ¿Y ahora cazemo, Chori?...
Y Zé Manué, con su cara de póker habitual, contesta a su primo.
- No zé, primo...de momento llévate er coche de laj banderita, y aluego te llamo....

(CONTINUARÁ....)