martes, 17 de agosto de 2010

EL LÍMITE DE PACO PENAS


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Transcurridas unas primeras horas frenéticas desde el fugaz atisbo de Delirium Tremens en el castigado cuerpo de Paco Penas, y tras una insufrible e interminable noche de pinchazos y pruebas médicas "muy preferentes", el Internista de Guardia tuvo a bien descartar el brillante diagnóstico que horas antes se había precipitado a aventurar para desgracia de nuestro protagonista.

Fue justo en ese momento cuando el personal que estaba de guardia esa noche decidió buscar pruebas inequívocas de la existencia real y no imaginada de las cucarachas que atormentaban el ánimo y el precario descanso de Paco.
Y efectivamente, allí estaban.
Oscuras, juguetonas y con especial ligereza, brindaron a los presentes todo un espectáculo de velocidad endiablada jugándose el tipo entre los zuecos voladores de enfermeras y auxiliares.
Se diría que una de estas pequeñas criaturas en concreto pudiera ser la mismísima representación de Usain Bolt en versión "bicho repugnante".
Los saltos de las chicas (que no se sabía bien si querían matarlas o simplemente esquivarlas) en otras condiciones y con cierto acompañamiento musical de fondo, hubiera podido interpretarse como la genial ejecución de una muñeira gallega, de aquellas que Paco solía ver con desgana los fines de semana a mediodía en el programa de TV "Gente Joven".
El celador tampoco es que hiciera mucho por la captura de los insectos, y se limitaba a dirigir desde una esquina los movimientos de sus compañeras parapetado tras la puerta del WC.
"Ahí va uno, ahí va uno..."- gritaba dejando asomar tan solo el dedo índice de su mano derecha, mientras enseñaba furtivamente la cabeza hasta la altura de los ojos para luego volver a ocultarse tras la puerta.
Una de las auxiliares, presa de los nervios o de la jocosidad de la escena, empieza a reír sonoramente hasta el punto que detiene su "baile"y se apoya contra la pared mientras intenta abortar la salida de la escandalosa risa tapándose con una mano la boca.
Empieza a ponerse roja, y el efecto termina siendo el contrario, es decir, explota en una desternillante e hilarante risa que contagia a las demás.
Detrás de la puerta del WC el celador pregunta.
"¿Ya están muertas?", a lo que las cuatro enfermeras responden con una gran carcajada que les hace tener los ojos inundados en lágrimas.
Si, todas están muertas, salvo una que se lanza en un sprint decidido hacia el WC que tiene la puerta entreabierta.
- Va para allá, va para allá- exclama la auxiliar de risa escandalosa al celador mientras éste presa del pánico grita tras la puerta:
- Los muertos....agh, bicho, fuera, fuera, agh......
Más risas. Finalmente, con un rápido pisotón, la última de las cucarachas perece tras su bravo intento de fuga.
El celador sale del WC, con la cabeza alta y sacando pecho como si hubiera acabado con la vida de un león de la sabana africana.
- ¿Qué pasa..? ¿La he matao, no?... a lo que las enfermeras responden con otra tanda de incontrolables risas.

Tras el suceso de la cacería, el Internista de Guardia hizo de tripas corazón, y entró a hablar con Paco Penas que esperaba huraño y de brazos cruzados (tras retirarle las maniatas) a su interlocutor.
- Verá Francisco....le hicimos las pruebas porque sospechábamos que pudiera tener algún tipo de problema de salud...digamos...grave. Finalmente no es así, hemos descartado que usted pudiera tener un Delirium Tremens.
- Supongo que el hecho de que hayan aparecido mis "cucarachas alucinatorias" le habrán convencido.
- Hombre....es importante....pero entienda que teníamos que asegurarnos bien...la agresividad, la visión de bichos....podía tratarse de un problema de gran magnitud. Podría haber sido un auténtico pastizo.Gracias a Dios, todo se quedó en un susto.
- En un susto...¿¡EN UN SUSTO?!...mire usted...
Paco Penas, se puso de pie, inspiró profundamente y mirando fijamente a los ojos al Internista añadió.
- Ingresé hace un par de meses por una fiebre que nadie sabía a qué era debido. Me dijeron que era una neumonía. Durante todo este tiempo me han sacado sangre unas cinco veces, me han sacado hemocultivos dos, me han hecho dos colonoscopias, un enema opaco, dos TAC, dos RNM, radiografías...unas cuantas. Me ha visto el cirujano, el digestivo, el psiquiatra, me han metido el dedo en el culo 3 veces, han recogido muestras de mierda y de orina un par de veces, me han tenido aislado por contagiarme con un Clostridium Difficile de otro enfermo, me han maniatado, me han sedado.....y todo ha sido un ¿susto?.
El Internista balbuceó..
- B..b..bueno. Nuestra intención no es hacerle daño, Francisco. Tenemos que llegar a un diagnóstico.
- ¿A costa de cualquier cosa? ¿pasando por encima de mi dignidad, si hace falta? ¿Tanto cuesta "tirar la toalla" si no tienen idea de lo que tengo, y recomendarme otro sitio, otros profesionales?
El doctor bajó la cabeza y permaneció en silencio unos segundos. Finalmente decidió sincerarse con Paco.
- Lo siento mucho, Francisco...si puedo hacer algo por usted....
- Si. Sí que puede. Hágame un favor: vaya usted ahora mismo al despacho, y tráigame el alta voluntaria porque no aguanto más en este lugar. Me voy.

Y tras salir el médico de su habitación, Paco empezó a recoger sus cosas para no volver jamás....
....al menos eso pensaba él.