viernes, 19 de febrero de 2010

EL INTERNISTA DE GUARDIA


El paso del tiempo es algo muy subjetivo y depende de una serie de factores que, en muchas ocasiones, nada tienen que ver con la estricta realidad. De todos es sabido que cuanto más entretenida o concentrada está nuestra mente, más rápidamente parecen avanzar las agujas del reloj. Sin embargo, cuando no hay nada que hacer, ver, presenciar o siquiera intuir, el tiempo parece detenerse haciendo el día eterno y la noche infinita.
En esa situación, debía encontrarse Paco Penas, atrincherado entre las sábanas y mantas de su cama, encerrado como si fuese un pajarillo entre aquellas cuatro paredes que no se movían de donde estaban y que no aportaban ni un ápice de triste conversación a nuestro protagonista.
Por eso, traspasada ya la invisible barrera del mediodía y ya cercanos a la anglosajona "hora del té", Paco vislumbró una novedad en su monotonía diaria.....le dolía la cabeza y sentía escalofríos.
No era precisamente la mejor manera de salir de la rutina, pero la situación de Paco era tan desesperante que un hecho luctuoso como sería el estallido de la Refinería, supondría un alivio para su mente, completamente imbuída en el blanco de sábanas y pijamas, y en el blanco roto-amarillento de las mugrientas paredes de su olvidada habitación.
Así que ni corto ni perezoso, llamó al timbre y le comentó a la enfermera su dolencia.
Tras medirle la temperatura y administrarle un paracetamol, Paco se introdujo en la cama y esperó pacientemente el efecto milagroso del comprimido.
Pero media hora después, los escalofríos persistían y el dolor de cabeza era insoportable.
Paco volvió a llamar, y tras comprobar que la fiebre no había bajado sino todo lo contrario, la enfermera pronunció unas palabras que bien podían haber servido de epitafio para nuestro protagonista.
Habrá que avisar al Internista de Guardia.....
Tras una media hora esperando la llegada de tan enigmático personaje, la puerta de la habitación se abre, y aparece un señor cubierto de toda la protección habida y por haber, aunque intuyéndose una impoluta bata blanca y un voluminoso fonendoscopio colgado de los hombros.
El señor, moreno, de mediana edad en todo momento da una sensación de corrección y educación poco común hasta la fecha, lo cual es bienvenido por Paco.
Al menos hasta el mismo momento en que el médico abre la historia médica y comienza a leer...
El gesto del doctor va cambiando, del mismo modo que los camaleones cambian de color dependiendo de su entorno....y empieza a dudar...
Uf.....no sé....podría ser....no creo....en fin, habría que......
Una enfermera que se encuentra al lado, se le queda mirando como queriendo saber más....craso error......
Verá usted, (le dice a Paco, aunque con la clara intención de que la enfermera también se entere), creo que deberíamos hacerle una serie de pruebas..... Ya me han hecho analíticas, hemocultivos y una colonoscopia.... Sí claro, aquí lo tengo todo, pero han pasado muchos días y vaya usted a saber de qué se trata (el doctor se va sofocando un poco)...podría ser una diarrea osmótica, o una secretora, podría ser causada por un virus, o por una bacteria, podría tratarse de un colon irritable, una simple hipermotilidad intestinal, una enfermedad de Crohn, un síndrome de malabsorción...
Ahora es Paco el que comienza a cambiar de color.....
....y no habría que descartar la posibilidad de que fuera disentería, o incluso, sí, por qué no ¿ha ingerido usted últimamente etanol?, no, no, no, olvídelo. ¿Y loperamida, ha ingerido usted últimamente loperamida? Tampoco, ya veo. Esto es un pastizo.
El sudor empieza a caer por la frente del doctor que pasa las hojas de la historia médica nerviosamente.
.....Giardiasis.....es otra posibilidad, ¿usted ha bebido últimamente agua de charcos? No, no, ya veo que lleva usted aquí ingresado casi un mes.
Paco mira a la enfermera buscando consuelo en su mirada, y tan sólo obtiene una respuesta encojiendo los hombros y mirando al techo.
....podría ser diarrea del viajero. Ah no, es verdad, que lleva aquí un mes metido, es imposible. Menudo pastizo, por favor. Salmonela, escherichia colli. Y no podemos descartar que sea cólera.
El médico cierra súbitamente la historia y le dice a la enfermera....Toma nota.
Le vamos a pedir una analítica completa con gases arteriales, un sedimento, orina de 24 horas, coprocultivo y heces para micobacterias, le vamos a sacar de nuevo hemocultivos seriados. Hoja de consulta a cirugía (no vaya a ser cosa de ellos), hoja de consulta a digestivo, hoja de consulta a neumología, hoja de consulta a salud mental (vete a saber a qué es debida la diarrea), quiero control de diuresis diaria y le vamos a colocar una vía periférica con sueroterapia. Le vamos a pedir enema opaco, nueva colonoscopia, TAC abdominal urgente y RNM muy preferente. Para empezar ahora, una RX simple de abdomen urgente. También le vamos a pedir un estudio gastroesofágico. Necesito un teléfono para hablar con un experto en enfermedades tropicales. De nuevo pregunta a Paco ¿ha estado usted últimamente en el Caribe, o en África Subsahariana?¿no? ¿y le ha picado algún mosquito raro? ¿Tampoco?
¿Algo más?, pregunta con sorna la enfermera....
Sí, comprobar si se desratizó correctamente esta habitación en su día. Hoja de consulta a Medicina Preventiva, también. Y llama a mantenimiento para que arregle el picaporte de la puerta.
Dicho esto, el internista abandona la habitación dejando a Paco Penas aterrorizado con todo lo acontecido e intentando ordenar ideas sobre qué tipo de amenaza se cierne sobre su salud y todas las medidas adoptadas para su resolución.
Finalmente, en la soledad de su habitación, Paco llega a la conclusión de que lo mejor hubiera sido cerrar la boca y esperar a que la fiebre se hubiera ido sola sin "ayuda" de nadie.

viernes, 5 de febrero de 2010

PROPAGANDO, QUE ES GERUNDIO


COMIENZO DE LA SEGUNDA PARTE DE "SESIÓN CLÍNICA:PACO PENAS"

No es que Paco fuera persona desagradecida o particularmente exigente con las mínimas comodidades que un centro hospitalario de la red pública andaluza pudiera ofrecerle, aunque haya podido parecerlo hasta ahora. Al fin y al cabo la familia Penas era de origen muy humilde: pescadores, estibadores de puerto y obreros de la construcción y metalurgia. La inmensa mayoría de la familia Penas, había hecho honor al apellido desde el comienzo hasta la conclusión de sus erráticas vidas. El único caso familiar de "estatus social alto" era el de un primo de Paco que estudió derecho en la Complutense en los años 70; aunque a mediados de los 80 se dedicó a su deporte favorito, el levantamiento de vaso de tubo en barra libre (para lo que sin duda hubiéramos disfrutado de campeón y medalla de oro durante 3-4 olimpiadas seguidas). De esta absurda manera, el bueno de Diego Penas (el primo de Paco) dilapidó sus ahorros y su escasa reputación, a la vez que en la Justerine & Brooks colgaban su foto enmarcada como cliente del año durante una década.....
Pero dejemos de divagar sobre la enjundia del apellido Penas.....
Nuestro triste protagonista veía pasar las horas encerrado entre cuatro sobrias paredes que parecían observarlo con la insana intención de echársele encima al pobre Paco.
La ventana, la pared, la puerta......sus ojos trazaban una y otra vez un recorrido que empezaba a ser cansino, monótono y poco alentador para una persona con tan frágil espíritu.
De vez en cuando se refugiaba en su fiel radio de bolsillo que le acompañó desde los primeros momentos de su desdichado ingreso en el Hospital, y hubiera seguido siendo un excelente compañero de viajes de no ser porque las pilas alcalinas, por mucho que digan los incansables conejitos Duracell, siempre tienen un inexorable final.
La ventana, la pared, la puerta.......
A ratos, alguna enfermera o alguna auxiliar aparece en la habitación ataviada de una serie de complementos que los hace parecer sanitarios espaciales de la NASA: guantes, batas, patucos.....algunos incluso entran con mascarillas y hasta con gorro.
Paco no termina de entender, a qué viene tanta precaución.....y por qué algunos toman una serie de medidas preventivas extenuantes (despojándose de la ropa desechable y lavándose las manos dentro de la habitación) mientras otros apenas siguen la mitad de estas precauciones a rajatabla.
La ventana, la pared, la puerta......
Ese día el médico se olvida de él....o al menos eso es lo que piensa Paco, que ve como las manillas del reloj avanzan con una lentitud desesperante, como si cada minuto constara de 500 segundos, y cada segundo transcurriera en lo que normalmente pasan cuatro.
La ventana, la pared, la puerta.....
La puerta....¿se abre?
Efectivamente, la puerta se va abriendo poco a poco, y la esquelética figura de Zé Manué asoma bajo el dintel empujando mansamente el pomo.
Amigashoooo....¿cómo estáh??
Paco Penas (quién se lo iba a decir), siente una extraña alegría al observar a su ex-compañero de habitación....un ser vivo sin ningún tipo de protección, por fin....un momento.....¿¿¡¡sin protección!!??
Pero hombre, qué haces ahí sin ponerte nada......naaaa, tu tranquilo amigasho, zi yo ya tengo en er cuerpo bisho má pinigrozo quer que tu tiene ner culo, zeguro, ja-ja-ja-ja.......y ¿qué quieres?....naa, que mandejao zolo ener cuarto ystaba emburrío, ¿zabusté? ej que no dehan a nadie de mi hente que me vizite, porque disen que yo lo mijmo he cohío er bisho de loj cohone ¿zabusté?.......¿que también te han aislado?.....po zí, amigasho, yo tambien tengo er cotíleo difísil, pol-lo vijto.....y si estás aislado, ¿qué haces aquí?......po naaaa, venía a bujcarte, amigasho, que no vea la que pazao pa encontral-lo. He ío habitasión por habitasión, preguntando po ujté
Paco se echaba las manos a la cabeza y se tapaba los ojos mientras negaba con la cabeza.......el dichoso bichejo tenía que estar campando a sus anchas por toda Medicina Interna, por obra y gracia de El Chori.
Se escuchan unos gritos en el pasillo.
¡¡José Manuel!! ¿Dónde estás?....movimiento nervioso de pasillos. Zancadas a paso ligero, puertas que se abren, e incluso el ruido de un transmisor portátil típico de los señores de Seguridad.
No, por aquí no está; ve por la escalera de atrás....sí yo sigo en la Tercera....
Zé Manué, con los ojos muy abiertos, sin pestañear y ante el tumulto que escucha fuera le dice a Paco....
Ofú, amigasho, creo que la he liao otra vé.....Me parece que sí.....güeno, po me ví a bajá a la zegunda, questa gente zeguro que no me va bujcá en matennidá.....
NOOOOOOOOOOOOOOOOOO, NI SE TE OCURRAAAAAAAAAAAA
En ese momento, la puerta se abre de nuevo y tres enormes señores vestidos de verde y caqui, con aire paramilitar y transmisor en mano, se avalanzan hacia el Chori, y protagonizan una escena semejante a la captura del Ñu por parte de tres leones de la sabana africana. Aunque en este caso el Ñu pone vestidos de limpio a los leones.
Yo me ví cagá en la zorraputa de tu mare......que te calles ya.......no me ponga la mano ensima que zoy pinigroso, que tu no zabe con quien ejtá hablando........ahora mismo te vamos a sujetar en tu cama un rato.......zujétate tu un güevo.
Dos de los de Seguridad llevan en volandas al Chori mientras grita a pleno pulmón...Chanaaaaaaa, onde está la Chanaaaaaaaaaa, tengo deresho a una llamááááá, que lo vijto en laj pinícula, dejarme hablá con la Chanaaaaaaaaaaaaaaaaa.
El tercer "león", se sacude un poco la ropa y resopla cansado y se dirige a Paco.
Ya pasó todo, ¿usted está bien?.....yo perfecto, pero ¿no deberían haber entrado con protección...¿ah sí?.....y sus compañeros, ¿no deberían haberse lavado las manos antes de salir?..
El Seguridad se encoje de hombros, y sólo acierta a responder.....que tenga un buen día......
Y así, Paco volvió a meterse en la cama mientras al fondo oía los alaridos del Chori.
Todo volvía a la normalidad.
La ventana, la pared, la puerta......